El lunes 15 de enero en Roma, más precisamente en Morlupo, se encontró el cuerpo de un gato muerto debido a una explosión de petardos. Este es otro episodio de "violencia" contra los animales y por esta razón decidió intervenir la ENPA (Entidad Nacional de Protección de Animales) que ha pedido penas severas contra quienes cometen estos actos, y que se reconozca su peligrosidad social.

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El incidente

Una señora que estaba paseando a su perro encontró el cuerpo del gato y avisó a la Policía Local. El gato fue encontrado con evidentes signos de violencia causados por la explosión de petardos. El cuerpo del felino estaba lleno de quemaduras y trozos de plástico fundido. El horror probablemente ocurrió el domingo pasado, en los jardines del anfiteatro de la Plaza Diaz en Morlupo. Justo en esa plaza, continuamente se informó a la Policía Local y a las Fuerzas del Orden de niños que disparaban bombas y petardos por la tarde. La denuncia a la ENPA llegó de dos asociaciones locales que colaboran con la sección ENPA de Roma: La calico Odv y el club de amigos de cuatro patas Odv.

Las palabras de la presidenta nacional de la ENPA

Carla Rocchi, la presidenta nacional de la ENPA en relación a este incidente ha pedido penas severas para quienes cometen estos actos:«Después del caso de Barletta, nos encontramos nuevamente frente a un gato asesinado y torturado con petardos, un horror que se repite y que confirma la espiral de violencia que está golpeando a los animales en este momento y que nos preocupa enormemente. Hemos activado de inmediato la oficina legal de la Enpa a través de la abogada Claudia Ricci y estamos tratando de averiguar si hay imágenes de cámaras grabadas en el área. Agradezco a las voluntarias de las asociaciones que intervinieron. Ya habíamos lanzado una alerta sobre el aumento de la violencia contra los animales por parte de los menores, cada vez más a menudo involucrados en estos delitos. Se necesitan penas más severas y el reconocimiento de la peligrosidad social de las personas que cometen estos delitos contra los animales. Mientras no obtengamos estas herramientas para combatir esta escalada de violencia y degradación social, nunca nos cansaremos de pedirlo. La estrecha correlación existente entre el maltrato o asesinato de animales, la violencia interpersonal y cualquier otra conducta desviante, antisocial y criminal, definida como Link, ha sido ampliamente demostrada por la literatura nacional e internacional. El maltrato y la muerte de animales son considerados científicamente indicadores específicos de peligrosidad social, es decir, fenómenos predictivos de conductas desviadas, antisociales o criminales contemporáneas o subsiguientes. Por eso pedimos penas severas y que se reconozca también la peligrosidad social de estos sujetos».